Calamidad tras calamidad hasta la calamidad final. Ese es el
resumen de la planificación del Cajasol, que pese a los recortes, no es ni
mucho menos uno de los presupuestos más bajos de la competición nacional. A las
bajas de Davis y Calloway no se les buscó recambio, mientras que la de Urtasun
era repuesta por Holland, un prolífico tirador (pero irregular anotador). ¿Y el
dinero? No sabemos donde acabó.
Así pues, el Cajasol había visto volar a sus tres pilares de
la temporada anterior, y los recambios, o eran inexistentes, o eran una
incógnita. Bajo este panorama, el equipo sevillano entregó los galones de
hombre franquicia en un jugador: Milenko Tepic.
Pero lo del serbio es de auténtico expediente X. Arribó a
Sevilla la anterior campaña, tras brillar en el Partizan y ser rotación en todo un Panathinaikos. Además de ser un habitual en la selección Serbia. Un bagaje
altísimo, para un jugador llamado a hacer grandes cosas. Un all around player,
capaz de jugar de base o de tres de forma solvente, siendo su posición natural
la de escolta. La grada hispalense esperaba un rendimiento brutal, que creara
juego, anotara desde 6’75 y diera consistencia defensiva. Nada más lejos de la
realidad. Partido tras partido, la decepción crecía exponencialmente, y pese a
la profesionalidad de Milenko, el resultado deportivo era muy pobre.
Bien es cierto que se incorporó a la pretemporada muy tarde,
debido a su participación en el EuroBasket de Lituania, y le costó coger la
forma. Pero esa escusa desapareció este verano, ya que con su selección se
limitaría a jugar el preeuropeo (del que sería pieza clave, con varias
actuaciones memorables), y a ver los Juegos Olímpicos por la televisión. Serbia
no consiguió clasificarse para el mayor evento deportivo sobre la faz de la
tierra.
Así que tras seguir las evoluciones de Tepic en los partidos
clasificatorios al EuroBasket de Eslovenia y su disponibilidad total en pretemporada,
la afición volvió a confiar en la explosión del jugador de Belgrado. Y de
nuevo, la realidad golpearía con fuerza a los pobres seguidores cajistas. El
rendimiento del equipo está siendo paupérrimo (puede que supere al esperpento
de la 08/09), y el protagonista de estas líneas raya a un nivel horrible.
Rozando lo lamentable.
Lo peor y más alarmante es que está desapareciendo de la
rotación. El hombre que debía cargar sobre sus hombros al equipo, se ha visto
superado por Satoransky y Radicevic/Corrales en la posición de base, y por
Holland en la de escolta. Es la última opción, y en varios partidos ni siquiera
ha llegado a estar en pista cinco minutos.
Pese a que todo el que tiene contacto con el entorno del
Cajasol coincide en sus ganas de triunfar, en su ética de trabajo, y en su
pesar por lo mal que le salen las cosas, ya se oyen las primeras voces que indican
que su periplo en la ciudad de María Santísima finalizará prematuramente, y el
club le enseñará la puerta de salida. La puerta de atrás.
Milenko Tepic, llamado a ser importante a nivel EuroLeague,
pero que día tras día se entierra con un rendimiento bajísimo en un equipo de
tantos de Europa. Despierta Milenko, tu tiempo se acaba.