El tamaño importa

Escribo esta entrada para hablaros de los más pequeños pero a la vez los más grandes de la cancha, la inspiración para cualquier jugador bajito; porque en el baloncesto, como en la vida, el tamaño es importante, pero no lo es todo. Muchos jugadores a lo largo de la historia nos lo han demostrado, y es que, sin a penas sobrepasar el metro setenta, estos pequeños son capaces de hacer grandes cosas y en muchos de los casos que enumeraré, el llegar a mate no era un problema. Así que voy a resumiros los hechos más relevantes de las carreras de los jugadores más bajitos (y más destacados) de la NBA.


Comenzamos con el más pequeño que ha pisado una cancha de la NBA, con poco menos de 1´60 metros, “Muggsy” Bogues: elegido por los Washington Bullets en 12ª Posición de la 1ª Ronda del Draft de 1987, donde jugó junto a Manute Bol, que con sus 2´31 era el jugador más alto de la historia de la liga. Entre otras franquicias, jugó en los Charlotte Hornets donde comenzó a brillar como un excelente ladrón. Tras retirarse en 2001, decidió entrenar a equipos universitarios.


Este nos va sonando un poco más a muchos, Earl “lentejita” Boykins: con 1´65 de altura, el veterano base actualmente se encuentra como agente libre debido a su escaso éxito durante sus últimos años en la NBA. Destacó en especial durante su etapa universitaria en la NCAA donde se proclamó máximo anotador en 1998 con 26´8ppp.


En tercer lugar, el famoso play maker de los Atlanta Hawks, Spud Webb, compañero de Dominique Wilkins. Con 1´68 metros se proclamó ganador del Concurso de Mates en 1986, sorprendente que llegase tan lejos, ya que salió elegido en el puesto 87 de la 4ª Ronda del Draft de 1985.
 


Y por último, pero no menos importante, a este ya le conocemos de sobra, con 1´75 metros, juega actualmente en los Chicago Bulls: “Kriptonita” Nate Robinson. Elegido en 21ª posición del Draft de 2005, se ha coronado en 3 ocasiones con el título de Mejor Matador del Año (2006, 2009 y 2010) con actuaciones excelentes en el ALL STAR WEEKEND.