Te echaremos de menos Amaya


Rara vez el amor por el baloncesto se ha podido asociar tanto a una persona como es el caso de Amaya Valdemoro.  La mejor jugadora de la historia del baloncesto español cuelga las botas de forma oficial después de regalarnos 22 años de magia, entrega y pasión.


Esa ambición y espíritu ganador, que ha llevado a Amaya a ganar todo, comienza a aflorar a la temprana edad de los 8 años. Su inquietud la hizo destacar en el atletismo durante la primera etapa de su vida. Sin embargo todo cambió cuando la madrileña comenzó a sentir curiosidad por el baloncesto, pasatiempo al que jugaba su hermana Virginia.

Ante este talento innato, varios equipos empiezan a interesarse por la joven y los entrenadores comienzan a entrevistarse con su familia. Fue así como Amaya se presentó y pasó las pruebas del equipo de la Universidad de Salamanca, conjunto con el que comenzó a despuntar sobre el resto, a pesar de su precocidad. Había nacido una leyenda.

La alero abandona Salamanca para jugar en el club levantino del Dorna Godella, en él conoce a Miki Vukovic. El “maestro” sabe pulir a Amaya y consigue controlar su ego, inculcándole los métodos baloncestísticos yugoslavos y  un ansia por ganar inconfundible. Junto a Vukovic, Amaya gana su única Euroliga, a pesar de tan solo contar con 17 años.

En el año 1997, la estrenada WNBA se hace eco de la repercusión de Amaya y esta sale elegida en la trigésima posición de la tercera ronda del draft. En esa misma temporada la de Alcobendas gana su primer junto a las Comets de Houston. Durante su etapa en Estados Unidos la española comparte vestuario con jugadoras como Cynthia Cooper, Sheryl Swoopes o la brasileña Janeth Arcain, con las que gana 3 anillos y entra en los libros de la historia del baloncesto femenino como uno de los mejores equipos que ha habido.

Tras regresar a España y ganar hasta 7 títulos con Ros Casares, la española decide aventurarse en un nuevo e insólito proyecto. Amaya viajaba a Samara (Rusia) para jugar con el vigente campeón de la Euroliga, club con el que se alzaría como campeona de la liga rusa  y caería en la final de la Euroliga del 2006. Al año siguiente fue traspasada al otro club de la ciudad y consiguió sumar otra liga a su palmarés, el apellido Valdemoro empezaba a ser muy conocido en la fría Rusia.

Después de ganar una liga más con el CSKA Moscú, la jugadora decide regresar a su país natal y firma para el Ros Casares valenciano, equipo del cual era ya una leyenda viva. De vuelta en España, Amaya se corona 2 veces más como campeona de la Copa de la Reina y gana su octava y última liga. Su palmarés comenzaba a ser increíble.

Una década después de abandonar su Alcobendas natal la ya veterana jugadora firma por el Rivas Ecópolis, con el club madrileño suma otra Copa de la Reina y un subcampeonato de liga a su vitrina. Sin embargo la vida de Amaya cambiaría el 12 de octubre de 2011. Una mala caída, durante un partido de Euroliga, deja una fractura en las 2 muñecas a la alero, surgen los rumores sobre su retirada.

Por enésima vez su espíritu y orgullo la hicieron volver a las pistas. Sus ganas de competir la llevaron hasta la más profunda Turquía, allí juega para el equipo de Tarso, con el que disputaría una vez más la Euroliga.
Desafortunadamente su etapa en el país asiático no se alargó mucho tiempo, al poco de firmar el eterno 13 decide regresar a España y recorrer sus últimos pasos en este deporte junto al equipo madrileño Real Canoe, en la Liga Femenina 2.

Amaya Valdemoro Madariaga colgaba las botas, la voz cantante del baloncesto femenino español se apagaba. Un ejemplo para todo jugador, una pasión, una adicción y un amor por este deporte insólito. Sin lugar a dudas una de las mejores deportistas que ha dado esta nación durante toda su historia, aunque siendo francos, cualquier línea de las que redacto en este instante es incapaz de describir  la grandeza de esta jugador.

Su etapa en la selección

El servicio de Amaya para España es impecable y auténticamente meritorio.  Desde los 18 años hasta los 35 la jugadora ha sumado hasta 258 partidos con la camiseta de la selección, todo un hito que difícilmente llegará a ser superado.
Medallero de Amaya Valdemoro:
o 1 medalla de bronce en el Mundobasket de República Checa en 2010.
o 3 medallas de bronce en los Eurobasket de Grecia, Turquía y Letonia.
o 1 medalla de plata en el Eurobasket de Italia en 2007 del que fue MVP.
o 1 medalla de oro en el Eurobasket de Francia en 2013.

Al margen de estos metales la madrileña ha participado en los Juegos Olímpicos de Pekín y Atenas y también tiene una saga de reconocimientos individuales envidiables que constituyen esa pequeña parte de Amaya que va a quedar ya para la historia.